En el banco de musculación practicamos un ejercicio anaeróbico; nadar es una práctica puramente aeróbica… Con las pesas, los músculos se someten al denominado ciclo de estiramiento-acortamiento; en la piscina las acciones musculares son de carácter concéntrico… Al concentrarse en el volumen, los músculos se endurecen; en la natación, se consigue tono y flexibilidad… Entrenamiento de resistencia versus entrenamiento de fuerza, pareciera que musculación y natación estén reñidas. Todo lo contrario.
El origen del mito
Nuestro objetivo es lograr un cuerpo atlético, con músculos cortos y fornidos, por lo que el preparador en el gimnasio se concentra en que aprendamos y realicemos de forma correcta repeticiones e intensidades. Su plan está especialmente diseñado para que trabajen músculos superiores, medios e inferiores en una escala muy alta de intensidad, en repeticiones milimétricamente medidas para fortalecer y desarrollar, es decir, lograr volumen. En resumen, se trata de un ejercicio anaeróbico –sin necesidad de oxígeno– y de resistencia, donde la energía se obtiene únicamente del propio músculo mediante la síntesis de proteínas.
Sin embargo, en cualquier actividad aeróbica como la natación, el músculo obtiene la energía mediante la síntesis de glucógeno o glucosa y para ello necesita oxígeno –aeróbico significa literalmente “con oxígeno”–. Mezclar, o más exactamente, sumar un entrenamiento anaeróbico con un entrenamiento aeróbico en una misma sesión de gimnasio o ejercicio interfiere en los procesos fisiológicos de la obtención de energía, lo que en deporte se conoce como entrenamiento concurrente. Y más grave aún, puede ser causa de lesión.
Un día musculación y otro, natación
O musculación por la mañana y natación, por la tarde. Aquí radica el quid de la cuestión: en no pasar del banco de pesas al agua o a la inversa, ni en suprimir la piscina porque hagamos entrenamiento de volumen. Nuestro cuerpo es una máquina que necesita ejercicio aeróbico de forma regular porque fisiológicamente está diseñado para el movimiento.
Cumpliendo con el esquema de la Pirámide de la Actividad Física, hay que moverse sumando actividades físicas moderadas de unos 30 minutos, mañana y tarde, a diario; y de 3 a 5 veces por semana practicar una actividad deportiva aeróbica cuantificable por una variable específica de tiempo, de entre 20 y 30 minutos. Esto es imprescindible para mantener bajos niveles de grasa subcutánea, reducir la presión sanguínea, buenos niveles de colesterol en sangre, fortalecer huesos, mantener la capacidad pulmonar y el músculo cardiaco… Si el cuerpo se para, el corazón a la larga también se para, independientemente de nuestro aspecto atlético.
En resumen, el ejercicio anaeróbico debe de sumarse a la actividad aeróbica y no sustituirla.
Flexibilidad y elasticidad, tus aliados a futuro
La ventaja de la natación sobre cualquier otro tipo de actividad física aeróbica es que al practicarse en el agua y contrarrestarse el efecto de la gravedad, las articulaciones no tienen que soportar el peso del cuerpo, ganando en flexibilidad. Y además, al nadar se implican todos los grupos musculares, propiciando la tonificación de toda la musculatura por predominar las acciones musculares de carácter concéntrico y no los ciclos de estiramiento-acortamiento. Finalmente, otra ventaja es que la compresión experimentada al nadar, junto con la posición horizontal del cuerpo, facilita la circulación sanguínea, de ahí que los nadadores sean los deportistas con menos problemas de circulación periférica.
Esta flexibilidad y elasticidad no es contraproducente en musculación y la agradecerás con el paso de los años, cuando sean otros y no tú los que constantemente se quejen de dolores musculares, de espalda, huesos y articulaciones. De hecho, los nadadores de élite también realizan durísimas sesiones de musculación para aumentar su fuerza y, por tanto, su velocidad. Eso sí, no nadan y musculan en la misma sesión de entrenamiento.
Ya sabes, la natación es una excelente actividad deportiva y es una suerte que tu gimnasio disponga piscina. Pero… un día vas a nadar y otro, a muscular.