Esta fechas del año son especialmente temidas por los que se toman muy en serio dieta y entrenamiento. Por un lado, las salidas con amigos y compañeros de trabajo; por otro, las comidas y cenas familiares, y todo ello sin contar las “faltas” al gimnasio después de haber alcanzado una forma inmejorable. ¿Se puede uno mantener sin renunciar a los excesos de la Navidad? Claro, aplicando estos consejos de compensación:
Aligera los menús navideños
No tienes por qué renunciar a los platos suculentos que degustamos en estas fiestas. Basta con hacer pequeñas “trampas” a la hora de elaborarlos y tomarlos:
- En cócteles, pudines y ensaladas de marisco, sustituye la mayonesa tradicional por salsa de yogur.
- En cremas de espárragos, champiñones o de marisco, cambia nata por leche evaporada. Este pequeño detalle ya resta un montón de calorías al plato.
- Los frutos secos son muy saludables y muy nutritivos para deportistas, pero como de lo que se trata es de compensar excesos, durante estos días olvídate de nueces, almendras y avellanas, y en su lugar, opta por castañas y pipas de calabaza.
- En caso de asados de cordero o cochinillo, mejor sin manteca de cerdo. Es muy habitual que en restaurantes se asen ya con agua y sal únicamente. De guarnición, una ensalada especial, las patatas fritas para otra ocasión.
- Pavos, pollos y aves, en lugar de rellenar con las tradicionales mezclas de carne picada, frutos secos y pan, están igual de deliciosos, si no mejor, rellenos de manzana, miga de pan de centeno remojada en leche desnatada y eneldo. ¡Prueba, te encantará!
- Si te gusta el pescado al horno, perfecto, sin restricciones.
- El turrón, mejor en las variedades sin azúcar. Así aunque caigas una y otra vez en la tentación, el “pecadillo” no será tan grave.
- Intenta seguir la regla de comer de todo, pero poco. Sobre todo de aquellos alimentos que te aportan demasiadas grasas que sabes que tu organismo no va a poder degradar durante estas dos semanas.
Dos días de curas depurativas
Entre Navidad y Nochevieja, la primera, y entre Año Nuevo y Reyes, la segunda. No te disgustes si acumulas excesos y te descuidas más de lo normal. Todos los días durante dos semanas seguidas no vas a estar celebrando y dándote a placeres. Realiza durante 24 horas una de estas curas. Son sencillas, rápidas y, lo más importante… ¡funcionan!
- Cura de uvas. Durante 1 día toma 1,5 kilos de uva tipo moscatel –la más rica en fibra–, repartidas en las tomas que tú quieras. Para completar y matar el apetito, zumo de uva depurativo –diluyendo en litro y medio de agua mineral medio litro de concentrado de uva–. Además de depurar, la uva te ayudará a desintoxicar y eliminar líquidos. Importante tomarlas con piel, que es donde se concentran los nutrientes.
- Cura de piña, una fruta que es toda virtudes. Rica en vitaminas y minerales, contiene 18 aminoácidos distintos, entre ellos los ocho esenciales que necesita nuestro organismo, además de proteasa una enzima activa que mantiene el colágeno, la proteína estructural de la “eterna juventud”. Durante 24 horas solo se puede tomar piña natural, sin limitación de cantidad, y zumo de esta fruta.
- Cura de suero de leche. Base de la proteína WHEY (enlazar con artículo de proteína WHEY), en el suero de leche se concentra la mayor parte de las proteínas, vitaminas y minerales de la leche, una vez fermentada. Se puede comprar concentrado o en polvo y para prepararlo lo único que hay que hacer es diluirlo en agua. Lo hay de sabores –chocolate, vainilla,…–, por lo que es muy fácil encontrar uno de nuestro gusto. Lo idóneo es tomar únicamente 2 litros de suero de leche durante 1 día. Si el hambre aprieta, porque al tratarse de una dieta líquida el suero no te sacia, puedes complementar con fruta, preferentemente manzana, pera o naranja.
Llegados a este punto, habrás dejado de temblar pensando en los entrenamientos adicionales a los que tendrás que enfrentarte para recuperar lo perdido en Navidad. Compensa y sé feliz, este es nuestro deseo. ¡Feliz Navidad!